A lo largo de las últimas décadas el concepto de orientación ha ido evolucionando. Si bien a comienzos del siglo XX se entendía como una ayuda puntual en momentos concretos de la vida, la definición de orientación aceptada en los últimos años (Álvarez y Bisquerra, 1996; Echeverría, 1993; Martínez Clares, 2002; Rodríguez Moreno, 2002; Santana Vega, 2003; Vieira y Vidal, 2005; entre muchos otros) revela que ésta debe ser entendida como un proceso de ayuda a lo largo de la vida del individuo. Por tanto, se deduce que ésta debe practicarse durante toda la vida escolar (con características propias en cada etapa). En el caso de la educación superior, han sido muchos los estudios, trabajos, artículos o libros en los que se ha constatado la importancia y el papel fundamental que juega la orientación en este nivel educativo. Se elaboran trabajos que justifican la orientación en el ámbito universitario (Campoy y Pantoja, 2000; Salmerón, 2001; Rodríguez Moreno, 2002; Sánchez García, 1998); trabajos que señalan la necesidad de recibir orientación por parte de los estudiantes universitarios (Fernández Díaz, 2006; Llorent, 2006; Saúl, López-González y Bermejo, 2009; Tomás, Beas, Burriel y Martínez, 2007); y muchos otros que revisan la situación y oferta de este tipo de servicios en la etapa universitaria (Lantarón, 2012; Martínez Gómez, 2008; Simón, 2006; Urzainki et al, 2005). Actualmente no existen dudas sobre el hecho de que el contexto universitario es susceptible, también, de una intervención que satisfaga las necesidades generadas en los estudiantes, relacionadas con el hecho de realizar una actividad académica que, como en cualquier otro nivel, también reclama de atención orientadora. Impulsar la orientación se presenta como una prueba importante para las instituciones de educación superior, las cuales deben tener en cuenta la necesidad de información, orientación y apoyo que demandan sus estudiantes. Sin embargo, como señala Martínez Clares (2008, p.2):”vivimos en un tiempo de cambios, versátil y lleno de incertidumbres, en el que hemos de reflexionar sobre el papel que ha de desempeñar la educación y la orientación en cualquier desarrollo organizacional”, motivo que nos lleva a realizar este trabajo y presentar una visión global y actualizada de la orientación en la etapa universitaria desde una perspectiva internacional a través de cuatro estudios en los que se combinan varias metodologías (revisión documental, elaboración de cuestionarios y entrevista). Los dos primeros estudios nos sitúan en España, ofreciendo por un lado una descripción de las modalidades de tutoría que se vienen practicando en las distintas universidades del territorio nacional y analizando las dificultades que encuentra el alumnado del grado de algunas universidades españolas en la práctica de la tutoría universitaria, por otro, cómo son los servicios de orientación que se ofertan en las universidades españolas. El tercer estudio nos sitúa en Italia, revisando el modelo de orientación que sigue este país en la etapa universitaria y más concretamente el modelo de tutoría de la Universidad de Padua. Para finalizar, el último estudio nos lleva a Venezuela y describe la situación de la orientación universitaria en este país. De la reflexión mediante esta puesta en común destacamos que, si bien Italia y Venezuela cuentan con una normativa más clara que la Española en este sentido, la orientación constituye una preocupación para las instituciones de educación superior en los tres países, ya que sus universidades ofrecen servicios y actuaciones dirigidas a conseguir la adaptación de los estudiantes a la vida universitaria, mejorar sus aprendizajes y facilitar su desarrollo profesional.

La orientacion en la Universidad: una vision Internacional. I Seminário Ibero-americano

DA RE, LORENZA;AVILA CRUZ, YESLAINE MARISOL
2013

Abstract

A lo largo de las últimas décadas el concepto de orientación ha ido evolucionando. Si bien a comienzos del siglo XX se entendía como una ayuda puntual en momentos concretos de la vida, la definición de orientación aceptada en los últimos años (Álvarez y Bisquerra, 1996; Echeverría, 1993; Martínez Clares, 2002; Rodríguez Moreno, 2002; Santana Vega, 2003; Vieira y Vidal, 2005; entre muchos otros) revela que ésta debe ser entendida como un proceso de ayuda a lo largo de la vida del individuo. Por tanto, se deduce que ésta debe practicarse durante toda la vida escolar (con características propias en cada etapa). En el caso de la educación superior, han sido muchos los estudios, trabajos, artículos o libros en los que se ha constatado la importancia y el papel fundamental que juega la orientación en este nivel educativo. Se elaboran trabajos que justifican la orientación en el ámbito universitario (Campoy y Pantoja, 2000; Salmerón, 2001; Rodríguez Moreno, 2002; Sánchez García, 1998); trabajos que señalan la necesidad de recibir orientación por parte de los estudiantes universitarios (Fernández Díaz, 2006; Llorent, 2006; Saúl, López-González y Bermejo, 2009; Tomás, Beas, Burriel y Martínez, 2007); y muchos otros que revisan la situación y oferta de este tipo de servicios en la etapa universitaria (Lantarón, 2012; Martínez Gómez, 2008; Simón, 2006; Urzainki et al, 2005). Actualmente no existen dudas sobre el hecho de que el contexto universitario es susceptible, también, de una intervención que satisfaga las necesidades generadas en los estudiantes, relacionadas con el hecho de realizar una actividad académica que, como en cualquier otro nivel, también reclama de atención orientadora. Impulsar la orientación se presenta como una prueba importante para las instituciones de educación superior, las cuales deben tener en cuenta la necesidad de información, orientación y apoyo que demandan sus estudiantes. Sin embargo, como señala Martínez Clares (2008, p.2):”vivimos en un tiempo de cambios, versátil y lleno de incertidumbres, en el que hemos de reflexionar sobre el papel que ha de desempeñar la educación y la orientación en cualquier desarrollo organizacional”, motivo que nos lleva a realizar este trabajo y presentar una visión global y actualizada de la orientación en la etapa universitaria desde una perspectiva internacional a través de cuatro estudios en los que se combinan varias metodologías (revisión documental, elaboración de cuestionarios y entrevista). Los dos primeros estudios nos sitúan en España, ofreciendo por un lado una descripción de las modalidades de tutoría que se vienen practicando en las distintas universidades del territorio nacional y analizando las dificultades que encuentra el alumnado del grado de algunas universidades españolas en la práctica de la tutoría universitaria, por otro, cómo son los servicios de orientación que se ofertan en las universidades españolas. El tercer estudio nos sitúa en Italia, revisando el modelo de orientación que sigue este país en la etapa universitaria y más concretamente el modelo de tutoría de la Universidad de Padua. Para finalizar, el último estudio nos lleva a Venezuela y describe la situación de la orientación universitaria en este país. De la reflexión mediante esta puesta en común destacamos que, si bien Italia y Venezuela cuentan con una normativa más clara que la Española en este sentido, la orientación constituye una preocupación para las instituciones de educación superior en los tres países, ya que sus universidades ofrecen servicios y actuaciones dirigidas a conseguir la adaptación de los estudiantes a la vida universitaria, mejorar sus aprendizajes y facilitar su desarrollo profesional.
2013
Trabalhos - Resumo Poster
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Utilizza questo identificativo per citare o creare un link a questo documento: https://hdl.handle.net/11577/2811083
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